Envases

Envases activos e inteligentes: el papel de la nanotecnología en el supermercado

La seguridad alimentaria es una preocupación actual para las compañias alimentarias. Para ello, tratan de desarrollar diferentes métodos o técnicas para que los productos que tenemos en los supermercados sean lo más seguros posibles. Parte de estos nuevos métodos o técnicas que se utilizan están relacionados con el uso de la nanotecnología. 
De hecho, tan importante ha sido la revolución del uso de la nanotecnología que las grandes economías mundiales han querido ser participes de ello. Así, el Gobiermo de Estados Unidos ha invertido en nanotecnología 3700 millones de dólares y La Unión Europea unos 1200 millones dólares. ¿Pero qué es la nanotecnología? Este video de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) nos explica brevemente qué es. 




El principal potencial que presenta el uso de la nanotecnología en la industria alimentaria está relacionado con la reducción del crecimiento microbiano, que es una de las alteraciones más frecuentes que podemos encontrar en alimentos. Esta reducción se puede hacer mediante el contacto directo o indirecto con los alimentos a través de diferentes tipos de envases; activos e inteligentes. 

Los envases activos son aquellos que utilizan gases o sustancias antimicrobianas, interaccionando con el alimento para que aumente su vida útil. Estos envases suelen llevar sustancias que absorben el oxígeno, humedad, dióxido de carbono o diferentes olores. 
A modo de ejemplo para que se pueda entender mejor qué son los envases activos: las bolsas de verdura o fruta ya pelada, que no necesitan conservantes y únicamente tenemos que mantenerlos en frío son un claro ejemplo de envase activo.

Envases activos. Foto propia.

Pero no solo la fruta y la verdura, sino, carnes y embutidos e incluso, comida preparada también están envasadas en estas condiciones. Algo característico que suele aparecer en este tipo de envases es la frase: envasado en atmósfera protectora como podemos ver en la imagen. 

Tortilla en envase activo. Foto propia.

Los envases inteligentes, a diferencia de los activos, son aquellos que proporcionan información al consumidor sobre el estado del producto que está en su interior. Por tanto, el envase tiene que interaccionar con el alimento, la cual dará lugar a una modificación de la etiqueta que dé información al consumidor sobre la calidad o el estado del producto. La modificación de la etiqueta se produce gracias a los nanosensores, que son los que nos van a aportar la información sobre cualquier deterioro que se produzca en el alimento.

A pesar de la gran revolución y de su gran utilidad, los envases inteligentes aún no están muy de moda en España. De hecho, en varios supermercados que he visitado, no he podido encontrar ninguno. Pero os traigo algunos ejemplos para que podáis visualizar de qué estoy hablando. Uno de ellos son los tetrabriks inteligentes, que cambian de color conforme se va acercando a su fecha de caducidad. Por otro lado, tenemos la cerveza que cambia de color para indicarnos cuando está en su temperatura óptima para ser bebida o los envases que cambian de color según si las caracteristica organolépticas cambian ( ya sea porque se ha conservado mal o porque se ha perdido alguna cualidad del producto).

Tetrabrik inteligente. Fuente.


Lata inteligente. Fuente.


Envase inteligente. Fuente.




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