¿Qué hacer si no quiero que mi galleta se rompa?
A quien no le gusta un buen vaso de leche con galletas, y es que ahora que viene o ha llegado mejor dicho, el buen tiempo, pequeños cambios en este proceso tan sencillo como utilizar leche fría podría en vez de caliente, podría ayudarnos a disfrutar de este pequeño manjar.
Para poder saber qué hacer para que no se rompan las galletas al mojarlas en leche, primero, tendremos que saber por qué se rompen. Es la primera forma de enfocarnos en el gran problema que puede surgir un domingo por la mañana cuando estamos disfrutando de unas buenas galletas con trocitos de chocolate y un buen vaso de leche. La principal desventaja que presentan las galletas es su porosidad, si, nuestras galletas son sólidos que dejan entrar líquidos por capilaridad. Y es esta capilaridad la que hace que las galletas están tan ricas al mojarlas. La leche entraría por capilaridad en la galleta; pero llega un momento en el que no puede entrar más líquido y la galleta comienza a deshacerse. Asímismo, la parte de la galleta a la que aún no le ha llegado el líquido, también llega un punto donde ya no puede aguantar el peso de la galletas más todo el líquido que ha entrado y se rompe. Además, la temperatura de la leche tiene un punto importante aquí, la galleta aguanta sin romperse más tiempo cuando la leche está fría; pues el calor hace que la galleta se pueda deshacer con más facilidad.
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Ecuación Washburn. Fuente |
En conclusión, según el líquido que utilicemos (leche, café, té,..) y según la galleta que queramos comer, el tiempo que podemos aguantar sin que se rompa es diferente. Pues no es lo mismo una galleta que está rellena o si tiene cobertura de chocolate. Todo influye a la hora de mojar una galleta.
El trabajo de Fisher lo conocía (se publicó un libro de divulgación en castellano, muy interesante). El otro no. Parece mentira lo complejo que puede llegar a ser algo tan aparentemente sencillo como mojar una galleta
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