Tarea 4.1. Relación emociones y arte.

 ¿Qué nos emociona? ¿Qué sentimos con una obra de arte?

Las tareas de esta Asignatura siempre son complicadas y más cuando tratamos de mostrar cómo se revuelven nuestras emociones al ver o, quizás sería más adecuado decir, sentir una obra de arte. Hay muchos estudios que han relacionado las emociones con el arte y, es más, también se ha desarrollado un método de Arteterapia que podría ayudar a expresar emociones que nos son complicadas expresar con palabras a través del arte. 

En esta tarea, se nos pide analizar las emociones que se viven con dos obras de arte, qué expectativas tenemos de ese contacto con el arte o qué no experimentamos. Debido a su facilidad para mí, para poder ser capaz de mostrar las emociones que aparecen o no cuando estoy en contacto con estas obras de arte, he elegido una pieza musical y una obra literaria. 

Científicamente ya se ha descrito qué al escuchar una pieza musical o al ver una obra de arte, nuestro cerebro lleva a cabo una serie de reacciones que pueden desembocar en sensaciones de felicidad, de nostalgia, entre otras. Todo esto relacionado con segregación de ciertas hormonas. ¿Pero hay algo más qué nos lleve a disfrutar de una pieza musical o a poder pasar horas delante de un cuadro? La neurociencia es una ciencia muy complicada, intentar entender qué se mueve dentro de nuestro cerebro sería casi lo mismo que intentar entender qué le hace humano al ser humano. No soy experta en este tipo de ciencia, pero creo que debe de existir algo más allá de una hormona que nos haga disfrutar del arte. 

Para empezar con el análisis de mis dos obras de arte, voy a comenzar con la pieza musical. He elegido una obra actual de un artista británico contemporáneo. Es Bluebird de Alexis Ffrench. ¿Por qué la elegí? Es una obra bastante frecuente en mi playlist y voy a intentar descubrir por qué, por qué me gusta tanto escuchar esta canción y por qué me siento bien cuando la escucho. Para aquellos que queráis escucharla, os dejo un vídeo:


Lo primero que me viene a la mente para tratar de explicar mis emocione ante esta pieza musical es: ¿Qué quería trasmitir el artista? Tras una pequeña búsqueda, en una entrevista en 2017, al poco de salir a la luz esta canción, el artista decía lo siguiente:

"Quería escribir algo con cierta inmediatez que le hablara a la gente y se conectara con ellos, ya que eso siempre está al frente de mi mente. La formación de un músico clásico está impregnada de palabras y academia, pero mi principal objetivo es siempre comunicarme con la gente."

El artista quería comunicarse con la gente, conectar con ellos. Dentro de mi propia experiencia personal, y dentro de lo que yo considero conseguir esta conexión con el artista, al escuchar esta pieza musical no siento esa conexión con el artista pero sí que siento conexión con la música. Es una pieza musical que me transmite mucha calma, mucha paz y por eso, suelo escucharla en momentos en los que necesito sentirme más concentrada o necesito calmarme tras un momento de estrés. Quizás esto es lo que este buscando el artista, quizás sea eso lo que él considera como comunicación con la gente. 

Mis expectativas con este tipo de obras, obras de música clásica donde se utiliza en gran parte el piano, siempre suele ser la búsqueda de calma, de un ambiente relajado, para poder pensar y poder desarrollar mis ideas. Creo que esta pieza musical cumple totalmente mis expectativas. Mostrándoos un poco más de su entrevista, el artista comenta: 

"Bluebird, para mí, está lleno de una variedad de influencias, de Debussy y Satie, y es una expresión de amor y esperanza. Nace de la improvisación. Quería escribir algo que expresara cierta inocencia y pureza. Tanto trauma a nuestro alrededor en este momento y quería compartir un momento de calma, belleza y consuelo. No hay suficiente de eso en el mundo."

Saber qué quiere o qué busca transmitir el artista me ayuda a saber y comprender si yo he sido capaz de sentir esas emociones al escuchar esta pieza musical. Para mí es una forma de ponerle nombre. Con este apoyo puedo elegir bien las palabras, ya que, sino, me es complicado expresar qué siento o por qué necesito escuchar esta pieza musical. 
Con respecto la segunda parte de la entrevista, de las palabras del artista. Al escuchar esta obra no siento amor. No es un sentimiento que aparezca claramente. Me siento calmada, en paz, casi con la mente en blanco. Por ello, suele ser una obra que uso mucho cuando estoy en un período de estrés o necesito dejar a mi mente en blanco para centrarme en un determinado asunto. Es cómo dice el artista, cuando sientes que a tu alrededor solo hay estrés, trauma, cosas malas, con esta melodía siento que todo eso puede cambiar, que se puede llegar a una situación mejor. Así que, puede que también parte de mis emociones sean de esperanza hacia algo mejor. 

Como segunda obra de arte, y aunque quizás sea un arte un poco diferente si lo comparamos a la música y la pintura, he elegido una obra literaria que para mi fue muy importante durante mi adolescencia: la saga de Harry Potter de J.K. Rowling. Es una saga que comenzó con su primer libro en 1997 y acabó en 2008. Además, es una saga que se adaptó al cine, con lo que, las emociones con esta obra son tanto con la lectura de los libros con la visualización de las películas. 


En este caso, empezaré con las expectativas qué tenía antes de leer-ver esta saga, ya que, cuando se publicó no me sentí atraída sobre este tipo de lectura. Siempre he sido una gran lectora pero no me había llamado la atención. Por tanto, no esperaba nada de esta obra. Sin embargo, cuando entré en el mundo de Harry Potter me sentí atraída 100%, era cómo estar en otro mundo. Por aquella época yo tenía más o menos la edad del protagonista, por lo que me identificaba 100% con él. Sentía que podía cambiar mi mundo, estaba dispuesta a evolucionar a lo largo de los libros con el protagonista. 

Con la lectura de esta saga, sentí todas las emociones posibles, felicidad cuando pasaban cosas buenas, tristeza cuando algún personaje querido moría, miedo porque no ganasen los buenos, pero no solo eso, sino que ahora siento nostalgia de ese mundo y esa burbuja en la que vivía cuando me leí por primera vez esos libros. Era cómo estar en un mundo donde todo es posible (¡se podía hacer magia!) y con 12 años, ¿A quién no le gustaría vivir en un mundo dónde es posible? Las emociones vividas con la lectura de los libros fueron mucho más fuertes que las vividas con las adaptaciones cinematográficas. Aunque he de comentar que supieron mostrar exactamente cómo era ese mundo mágico y realmente, te transportaba a él. El uso de la música en las películas es muy adecuado, es capaz de hacerte sentir lo que se ha de sentir en cada momento. Si es un momento de felicidad, el uso de los tonos y las melodías es tal que sientes felicidad; pero si al contrario, es un momento de tensión o preocupación, esa música te lleva a esa emoción. 

Es curioso cómo recordando las emociones que me hizo sentir esta historia, se me ponen los pelos de punta. Recuerdo con mucha nostalgia y felicidad la lectura de estos libros. Creo que no solo para mí, sino para gran parte de los adolescentes de aquella época, estos libros fueron un escape a otro mundo. Tras la lectura, es una una mezcla de emociones. Debido a que es una historia donde se ve la evolución de un personaje en diferentes años es muy sencillo poder identificarse con ellos. Además, se tratan ciertos problemas o situaciones que aparecen a esas edades: el bullyng, el primer amor, qué elegir cómo futuro para tu vida, entre otros. Me gustaría acabar con dos frases de estos libros:


"La felicidad se puede hallar hasta en los más oscuros momentos, si somos capaces de usar bien la luz."

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."






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